El hilo conductor en el que enfocó mis clases de yoga hace hincapié en la conciencia del cuerpo y la gratitud corporal.
Mediante la búsqueda de integrar en nuestras vidas el valor por cada instante de tiempo. De forma progresiva, vamos conduciendo una serie que buscan la profundización en el “estar en asana”, yendo desde propuestas sencillas hasta propuestas más complejas. De cualquier modo, las clases están orientadas a diferentes niveles de práctica, entendidos no como el desarrollo de posturas imposibles, sino como en la capacidad de comprensión de la práctica que nos lleva a ir conociendo nuestro cuerpo y nuestra mente. En cada sesión, se podrán descubrir e incorporar nuevos detalles, creando mayor conciencia corporal y personal de nuestra práctica, incorporando la importancia del acompañamiento del movimiento con la respiración y generando de este modo una constante interiorización en ti.
Me preguntan a menudo qué tipo de yoga enseño;
Mis primeros pasos en el yoga fueron de la mano de Mateo Bernardino profesor y director de la escuela Ashtanga yoga Denia, mi mentor y amigo, al que le estoy eternamente agradecida por todas sus enseñanzas, y por el camino recorrido juntos, por llevarme al camino que hizo reencontrarme cuando andaba perdida y sin rumbo.
Seguí adentrándome un poquito más en el mundo del yoga a través de una escuela védica de Yoga & Dharma donde me inicie con el nombre védico Guruprasad Shadika y aprendí la práctica de Japa (Meditación con la recitación de un mantra), meditación, y kirtan (Una forma de canto en sánscrito donde se mezclan el Bhakti yoga (la devoción) y Jnana yoga (la sabiduría) y el mantra yoga (el sonido); una práctica profundamente inspiradora que abrió mi corazón. A través de él me ayudó a ver mi verdadera naturaleza, ya que calmaba mi mente y me ayudó a erradicar la tensión no deseada y a encontrar parte de mi libertad interior.
